El joven cantante sinaloense, envuelto en una atmósfera de conexión, brindó un espectáculo que capturó la esencia de su público, fusionando la música y el teatro, tal como había anticipado con entusiasmo en sus redes sociales.
Texto: Arturo Sánchez / @archie_moonster
Fotos: Marco Escamilla C. / @Marcoaec73
El pasado domingo 28 de mayo, Puebla fue testigo del comienzo de la gira de Chucho Rivas. En el escenario de Sala Forum, el talentoso cantante sinaloense encendió los corazones de sus seguidores con la presentación de su último álbum, titulado «4 y 3», que promete llevar a los oyentes en un viaje musical único. Con una combinación de música y teatro, Chucho Rivas cautivó a la audiencia, transmitiendo su energía y entrega en cada nota. El concierto en Puebla fue el punto de partida de una gira llena de emociones, y dejó claro por qué Chucho Rivas es considerado uno de los talentos más prometedores de la música actual.
La velada dio comienzo con la apertura de Pablo Lacadier, un talentoso artista mexicano que encendió el escenario desde el primer acorde. Con su estilo fresco y envolvente, Pablo interpretó sus éxitos más reconocidos como «2060», «Mi Niña Hermosa» y «Contigo Yo Estaré Bien. Su voz poderosa y su carisma magnético capturaron la atención de los asistentes, creando un buen ambiente lleno de expectativas para lo que vendría después.
La noche continuaba su curso y fue el momento de Jorge Torres, un artista emergente con múltiples talentos. Además de fungir como baterista para Sabino, Jorge presentaba su propio proyecto musical en solitario. Con un estilo más urbano y vibrante, encendió al público con su actuación enérgica y contagiosa. Jorge Torres creó un ambiente festivo y lleno de movimiento, preparando el terreno para el momento más esperado de la velada.
A medida que el concierto avanzaba, las canciones como «Cursi», «Coloreando» y «Hogar” resonaron en el aire, desatando un torrente de emociones entre los seguidores de Chucho Rivas.
A las 8:00 de la noche, llegó el momento más anhelado de la velada. Las luces se apagaron, dando paso a una pequeña introducción que resonaba en el ambiente, donde Chucho narraba el sueño de cómo quería que comenzara su gira. En ese instante, la atmósfera se transformó por completo. Un cuarto se dibujó en el escenario, con su banda saliendo y las luces ascendiendo. El público contenía la emoción, anticipando el momento en que Chucho Rivas aparecería en el centro de la escena. Y entonces, con la melodía de «Cayendo», (la primera canción que marca el inicio de su tour), Chucho Rivas hizo vibrar a todos con su voz y su presencia.
Los gritos de los fans se mezclaron con las voces de la audiencia, creando un coro unido que respaldaba al cantante en cada momento, disfrutando de cada instante con entusiasmo y alegría.
Y tal como había sido anunciado, uno de los mejores momentos llegó cuando Nath Campos subió al escenario para acompañar a Chucho Rivas en una interpretación especial de «Como extraño», una de las canciones más anheladas por los fanáticos. El ambiente se cargó de emoción mientras ambos artistas compartían el micrófono, fundiendo sus voces en armonía. La complicidad entre ellos se reflejaba en cada gesto y sonrisa, contagiando al público presente que no pudo contener su entusiasmo y los gritos ensordecedores. Nath Campos y Chucho Rivas dejaron todo en el escenario, regalando a sus seguidores una experiencia inolvidable llena de música y conexión.
Sin embargo, la explosión de energía en Sala Forum alcanzó su punto máximo cuando resonaron temas como «Lo que quieras», «Como tú» y «Quede». En palabras del carismático Chucho Rivas, este era un momento realmente especial para disfrutar al máximo. No importaba si alguien no conocía sus canciones, porque en ese lugar todos estaban allí con un único propósito: disfrutar al máximo.
Con los acordes de «Amarte y perderte», «¿Qué más da?» y «El sinaloense», el concierto llegaba a su fin entre un mar de gritos y aplausos. Chucho Rivas, visiblemente emocionado, tomó un momento para expresar su gratitud. Dirigiéndose a sus amigos y a todo el equipo que lo acompañó en esta gira, les dedicó palabras de agradecimiento por su esfuerzo y profesionalismo. No pudo olvidar a su fiel público poblano, a quienes considera una parte fundamental de su éxito. Con humildad y felicidad, agradeció el apoyo incondicional que le han brindado a lo largo de su carrera. Mientras las luces se desvanecían y el escenario se sumía en la oscuridad, Chucho Rivas se retiró con una sonrisa en el rostro, dejando a todos los presentes con un cúmulo de emociones y recuerdos de una gran noche.