Etzael Ortiz
El sur de Filipinas fue sacudido por un potente sismo de magnitud 7.1 el pasado miércoles, causando alarma entre los residentes y activando las alertas de tsunami en la región. El epicentro del terremoto se localizó en el mar, cerca de la provincia de Davao Occidental, según informó el Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología (PHIVOLCS).
El temblor ocurrió a las 14:23 hora local y se sintió en varias provincias vecinas, incluyendo Davao del Sur, Davao del Norte y Sultan Kudarat. Hasta el momento, las autoridades no han reportado víctimas fatales ni daños significativos, pero continúan evaluando la situación en las zonas afectadas.
Las autoridades locales han instado a la población a mantenerse alerta y seguir las instrucciones de evacuación en caso de ser necesario. El Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico emitió un aviso de posible tsunami para las costas cercanas al epicentro,
aunque posteriormente fue levantado sin registrarse olas inusuales.
El presidente filipino, Ferdinand Marcos Jr., expresó su solidaridad con los afectados y aseguró que el gobierno está trabajando en coordinación con las autoridades locales para brindar la asistencia necesaria. Equipos de rescate y respuesta rápida han sido desplegados en las áreas más afectadas para evaluar los daños y proporcionar ayuda a quienes la
necesiten.
Filipinas se encuentra en el llamado “Anillo de Fuego del Pacífico”, una zona de alta actividad sísmica y volcánica. Este es uno de los terremotos más fuertes registrados en el país en los últimos años, recordando a la población la constante amenaza sísmica a la que
están expuestos.
A medida que la situación se desarrolla, las autoridades han pedido a la ciudadanía que se mantenga informada a través de canales oficiales y que tome medidas de precaución. La experiencia y preparación de la población filipina ante desastres naturales serán cruciales para superar este nuevo desafío y garantizar la seguridad de todos.