Cultura

Se cumplen 59 años del traslado del calendario Azteca al Museo Nacional Antropológico de México.

Yana Franco
En una fecha como hoy, 27 de junio, pero del año de 1964, la piedra del sol mejor conocida como “Calendario Azteca”, fue trasladada del Zócalo de la Viudad de México hacia el Museo Nacional de Antropología e Historia, sostenida en una base de mármol donde hasta la fecha es admirada por miles de personas que recorren el museo.
Según testimonios orales recopilados por Fray Diego Durán en su Historia de las Indias de Nueva España, 42 años antes de la caída de Tenochtitlan, se empezó a tallar el Calendario Azteca o Piedra del Sol. Dichos testimonios afirman que fue el emperador Axayácatl quién la mandó a hacer junto con un recinto para colocarla que se llamó Cuauhxicalco. La piedra de roca basáltica fue tallada por un artista llamado Técpatl.
Existen numerosas interpretaciones sobre los símbolos de la Piedra del Sol, sin embargo el INAH en la sala en donde se exhibe explica lo siguiente: “En el centro aparece la imagen del Quinto Sol, Nahui Olin o Cuatro Movimiento y el rostro de Tonatiuh, dios del Sol, con la particularidad de que se le representó con la mitad inferior del rostro descarnada y la superior encarnada, lo que simboliza la vida y la muerte.»
La piedra del sol mide 3.60 metros de diámetro y 98 centímetros de lado, pesa más de 24 toneladas y es una prueba de la enorme importancia que los Aztecas daban al tiempo y la exactitud con que lo medían. Permaneció en el Zócalo de la ciudad de México hasta agosto de 1521 cuando, durante el reinado de Moctezuma, Hernán Cortés mandó quitar los ídolos paganos. Durante los siguientes 38 años, los primeros de la Época colonial, el calendario permaneció a la intemperie a un costado de la Plaza Mayor, hoy el Zócalo. En ese punto, 1559, se cerraba un ciclo azteca de 52 años por lo que los españoles, temiendo que se reavivaran los ritos paganos, mandaron a enterrar la piedra con la parte labrada hacia abajo.
Descubierta en 1790 por casualidad debido a los trabajos de nivelación de la Plaza Mayor de la Ciudad de México. El antropólogo y escritor Antonio de León y Gama le dio el nombre de Calendario Azteca e intercedió para que fuera colocado a un lado de la torre poniente de la catedral metropolitana.
El Calendario Azteca se trasladó en 1887 al Museo Nacional ubicado en la calle de Moneda como parte de una de la Galería de Monolitos inaugurada por Porfirio Díaz, y en 1964 la escultura dejó su lugar en la calle de Moneda y fue transferido al Bosque de Chapultepec en un recorrido de una hora y 15 minutos para instalarse en Museo Nacional de Antropología dónde hoy en día es admirada como un símbolo de gran reconocimiento histórico.

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